13 de mayo de 2014

Hikikomori. Los jóvenes invisibles.

Hikikomori, es un término que proviene del Japonés y que literalmente significa "apartarse, estar recluido o aislamiento social agudo".
Perteneciente a un fenómeno social por el cual, las personas apartadas o excluidas socialmente han escogido abandonar la vida social, buscando a menudo grados extremos de aislamiento y confinamiento, debido a varios factores personales y sociales en sus vidas.
El término hikikomori se refiere al fenómeno sociológico así como también a las personas que pertenecen a este grupo social. En la terminología occidental, este grupo puede incluir individuos que sufren de fobia social o problemas de ansiedad social. Esto también puede ser originado por agorafobia, trastorno de personalidad o timidez extrema.
Se calcula que uno de cada diez jóvenes con problemas de interacción social y posterior exclusión social, sufren como desencadenante de este confinamiento.
El tipo de jóvenes suelen ser adolescentes y adultos jóvenes que se ven abrumados por la sociedad japonesa y su alto estado y concepto del trabajo y de las responsabilidades, diarias y constantes, tan presentes en la sociedad japonesa, conformando así inseguridades y falta de respaldo y autoestima, dependiendo de la fortaleza del individuo. 
Los jóvenes que desarrollan esta fobia y auto exclusión se sienten incapaces de cumplir los roles sociales que se esperan de ellos, reaccionando con un aislamiento social que comienza parcialmente y se proyecta en muchos casos en plenitud.
 A menudo rechazan abandonar la casa de sus padres y puede que se encierren en una habitación durante meses o incluso años. La mayoría de ellos son varones, y muchos son también primogénitos. Este tipo de problemas se centran en las clases media-alta y alta, donde el joven posee cuarto propio, lo cual es considerado un lujo en Japón. 

 Joven Hikikomori japonés. Año 2.004
Autor fotografía: 
 Francesco Jodice

Síntomas del aislamiento.

Mientras que algunas personas sienten presión por parte del mundo exterior, y padecen agorafobia o fobia social, un hikikomori reacciona con un completo aislamiento social para evitar toda la presión exterior. Pueden encerrarse en sus dormitorios o alguna otra habitación de la casa de sus padres durante periodos de tiempo prolongados, a menudo años. Normalmente no tienen ningún amigo, y en su mayoría duermen a lo largo del día, y ven la televisión o juegan al ordenador, a las videoconsolas, leen comics o consumen comida rápida durante la noche. 
Todo esto hace de ellos un caso extremo de solteros parásitos (expresión japonesa para nombrar a aquellos que viven de las sopas instantáneas, viviendo en casa de sus padres para disfrutar de mayor comodidad y bienestar).
El aislamiento de la sociedad normalmente comienza de forma gradual, antes de que el hikikomori cierre con llave la puerta de su habitación. A menudo se encuentran tristes y taciturnos. Posteriormente pierden sus amigos, se vuelven inseguros, tímidos e introvertidos. Frecuentemente son objeto de burla en el colegio, lo cual puede ser el detonante para su aislamiento y sus miedos.
La mayoría de los hikikomori mantienen contacto con el mundo exterior solamente por el ordenador, la televisión y los videojuegos en línea. Sin embargo, en casos extremos, el hikikomori puede cerrarse incluso a esto y permanecer horas y horas sin realizar actividades de interacción o apreciación social en lo absoluto.

Reacción de los padres.

El tener un hikikomori en la familia normalmente es considerado un problema interno de esta, y muchos padres esperan mucho tiempo antes de buscar una terapia psicológica. Además, en Japón la educación del niño corre a cargo de la madre, por tradición, y puede que el padre deje todo el problema del hikikomori a la madre, la cual se siente sobreprotectora con su hijo. En un principio, la mayoría de los padres se limitan a esperar que el niño supere sus problemas y regrese a la sociedad por su propia voluntad, esta manera tan independiente de solucionar el problema también se debe a la cultura japonesa y a la manera que se tiene de ver estos problemas como particulares, por ello los padres lo ven como una fase o tránsito que el niño ha de superar.
 Además, muchos padres no saben qué hacer con un hikikomori, y simplemente esperan debido a la falta de otras opciones. Normalmente no se fuerza (o se tarda mucho en hacerlo) de forma radical al niño para que vuelva a integrarse a la sociedad.
Tener un hikikomori en la familia es a menudo vergonzoso, y es considerado en Japón un problema interno de la familia. Los colegios y asistentes sociales pueden hacer preguntas, pero normalmente no se involucran en la situación, lo que tampoco ayuda al joven afectado.
Muchos padres de hikikomori toman la decisión de enviarlos al extranjero, confiando en que el cambio de ambiente los ayude, pero lo único que hacen es pasarle el problema a la familia anfitriona, siendo esta la forma en que se conoció el problema en Occidente.

Efectos en el hikikomori

La falta de contacto social de estas personas y el aislamiento prolongado tienen un gran efecto en la mentalidad, con pérdida de habilidades sociales y los referentes morales necesarios. A menudo, el mundo de la televisión o los videojuegos se convierten en su marco de referencia, lo que acentúa inconscientemente su aislamiento.
Si el hikikomori finalmente (a menudo después de unos cuantos años) regresa a la sociedad por su propia voluntad, tiene que afrontar el problema de haber perdido muchas de sus habilidades sociales, así como años de estudio, lo que agrava la reintegración. Temen que los demás descubran su pasado como hikikomori, y se muestran vacilantes con la gente, especialmente si son desconocidos.
Es difícil conseguir cifras exactas sobre los distintos casos, ya que muchas familias deciden no hablar de este problema.

                                           No sólo los adolescentes y jóvenes padecen este mal.

Posibles Tratamientos.

Hay diferentes opiniones sobre el tratamiento que debe seguir un hikikomori, y las opiniones a menudo se dividen en un punto de vista japonés y otro occidental. Los expertos japoneses normalmente sugieren mantener un contacto permanente sin invadir su espacio e intentar reincorporarlo a la sociedad de manera muy progresiva, mientras que los médicos occidentales piensan que hay que mantener una postura de firmeza e incluso actuar de manera directa forzando al hikikomori a abandonar su enclaustramiento. En cualquier caso, es necesaria una ayuda psicológica, ya que muchos padres se ven abrumados por los problemas de un hikikomori. Aunque hay algunos médicos y clínicas especializados en ayudar a jóvenes hikikomori, muchos de ellos y sus padres aún sienten falta de apoyo a sus problemas.
Afortunadamente en los últimas décadas, el fenómeno ha ido perdiendo fuerza. Ya sea por una mayor conciencia o manera más efectiva de abarcar el problema por parte de las familias y el apoyo y ayuda de psicólogos y el estudio del fenómeno y su tratamiento.
A pesar de su disminución es un problema que continúa ahí y que sigue siendo un problema.


 Aquí os dejo un documental-reportaje que habla sobre los Hikikomori en Japón y en como proyectan esa exclusión social, mediante el aislamiento y el mundo material (videoconsolas, comics, comida rápida...)
 Aunque el documental es un poco antiguo, refleja fielmente el fenómeno en toda su magnificencia. 

También os dejo, algunos enlaces que hablan del tema, visto desde puntos de vista de autores occidentales y algunos casos similares en otros países.




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